Estoy loca,las mejores personas lo están.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Como pasa el tiempo.


Cuando era pequeña daba besos y abrazos a todo el mundo. Me hacía amiga de todos los niños del parque. No era capaz de dormir sin mi peluche. Apretaba todos los botones de la consola cuando me salían monstruos o veía que me iban a matar porque me ponía nerviosa. Llenaba el tapón de las botellas y bebía como si fuera un chupito. Corría para adelantar a la gente, me metía en los portales y esperaba para darles un susto, pero al poco tiempo salía porque tardaban mucho en llegar. Me hacía la dormida para que me llevasen en brazos a la cama. Pensaba que la luna iba persiguiendo al coche de mi papá. En los viajes largos miraba las gotas de agua caer en la ventana como si fuese una carrera de gotas y hacía palabras con las matrículas de los coches que nos adelantaban.Quería ser mayor para ir a clase sólo por la mañana y así tener tooooda la tarde para jugar. Deseaba llegar a casa porque tenía millones de juguetes con los que podía jugar sola sin que nadie me dijese nada. Me echaba barras de cacao en los labios y hacía como que llevaba pintalabios. Cuando salía de la peluquería con las trencitas que siempre me hacían al cortarme el pelo, me sentía como una princesa. Me encantaba cuando mi mami me maquillaba para carnaval como las chicas mayores. ¿Os acordáis cuando éramos pequeños y queríamos ser mayores? ¿En qué estábamos pensando? Ya no disfrutamos jugando en la playa a hacer castillos de arena que sólo tenían forma de cubos. Ya no corremos por la calle hasta llegar a un paso de peatones y sentirnos libres al ver a nuestros padres súper lejos.Nuestro menor problema ahora es que una amiga deje de hablarnos. Firmaríamos sin duda lo que fuera con tal de volver a primaria. Hemos descubierto que el príncipe no viene a por nosotras, si no que somos nosotras quienes hablamos con él primero. No salen fuegos artificiales, pero sí que sientes maripositas en el estómago cuando te da un beso. Ahora sabemos muchas cosas a las que no les damos importancia y de pequeños sentíamos admiración por aprenderlas. ¿Conclusión? Deberíamos de haber disfrutado más de nuestra infancia, ahora sólo nos queda pensar en que el futuro será mejor que este presente marcado únicamente por charlas sobre la crisis y que no vamos a tener trabajo el día de mañana. Pensemos que estaremos junto a la persona que queremos, que no habrá problemas de dinero, seremos capaces de ahorrar sin problemas. Viajaremos a lugares impresionantes y tendremos hijos maravillosos que nos querrán. Y lo único que querremos será que no crezcan, que no conozcan la maldad que está oculta en las personas y sobre todo que no quieran ser mayores, que jueguen y nos quieran, que nos cuenten todo… 

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